Cualquier modelo educativo debería garantizar a los alumnos la capacidad de abrirse a las preguntas de la fe, más allá de adherir o no a una confesión religiosa.
No es esto una tarea necesariamente propia de las escuelas confesionales, pero sin duda que sí es una tarea obligatoria en las que lo son.
Las siguientes entradas del blog se referirán más en concreto a la transmisión y educación de la Fe en la escuela católica, específicamente en el ámbito de la catequesis e indirectamente en toda la curricula.
Para comenzar una serie de reflexiones presento dos documentos fundamentales sobre educación católica, que serán confrontados con ideas de autores de las ciencias de la educación.
El primero es un texto conciliar, el decreto Gravissimum Educationis, en el que la Iglesia afirma una vez más su derecho a tener todo tipo de instituciones educativas y anima a las familias a participar de la educación católica de sus hijos
(http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decl_19651028_gravissimum-educationis_sp.html)
El otro texto, la Carta Circular sobre la enseñanza religiosa en las escuelas, de la Congregación para la Educación Católica, al que quisiera resumir en una de sus frases:
"(en la escuela católica) se coordina el conjunto de la cultura humana con el mensaje de la salvación, de modo que el conocimiento del mundo, de la vida y del hombre, que los alumnos poco a poco adquieren, sea iluminado por el Evangelio"
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